La escritura más allá de las letras
El Grupo de Escritores Allenses presentó su primer libro “Antología”, una obra esperada desde hace varios años aunque no es su única labor cultural.

El comienzo del grupo se remonta a los años de reinicio de la democracia en Argentina, cuando algunos vecinos de la ciudad de Allen, encabezados por Reneé Lasarte de Iribarne, conforman la “Agrupación Escritores Allenses”. Esto da origen así a la publicación de una revistita llamada “Entre sombras y luz”, que empieza a salir de manera anual en diciembre de 1985 y tiene su último ejemplar en 1994.
El 25 de mayo de 1997, la agrupación inicial de escritores, con ayuda del aporte solidario de la comunidad, inaugura una estructura, el “Monolito por la Paz”, en donde por muchos años, las y los escritores se sumaron con la lectura de sus textos para el 24 de marzo, fecha tan particular, para la memoria, en la historia de la Argentina.
“Después de un período de sacar esas publicaciones el grupo dejó de funcionar, y después falleció René, y quedó un vacío dentro de ese grupo” comenta Rubén E. Cabo, miembro de aquella agrupación y de la actual conformación.
Rubén también relata: “en aquel momento se vinculaba mucho con los artistas plásticos de Allen, habíamos sacado pequeñas publicaciones que imprimíamos a través del municipio entre los escritores y los artistas plásticos”.
Pasaron muchos años, hasta que en 2015, por la convocatoria para una revista regional, se retoma la idea de publicar de manera local los escritos de los vecinos de Allen. En ese momento, se llama a participar a la comunidad y se conforma nuevamente a los escritores pero en esta oportunidad el nombre cambia a “Grupo de Escritores Allenses”, aunque se conserva para la publicación de las revistas el legendario título que había sido elegido por el agrupamiento original: “Entre sombras y luz”.
El flamante grupo comienza a publicar nuevamente, pero esta vez en forma más frecuente, con cuatro ediciones anuales, una correspondiente a cada estación.

“Lo bueno de eso es que teníamos encuentros mensuales en la confitería para charlar todas estas cuestiones o bien nos juntábamos en la casa de alguien a brindar el nacimiento de una revista”, expresa María Victoria “Marilyn” Vagnoni, integrante del grupo actual.
Marilyn hace un amplio recorrido mental sobre su vinculación al grupo, lo que la evoca a su paso por la Escuela Primaria n° 153, en la que la directora era, justamente, la fundadora del primer grupo, la señora de Iribarne. En ese momento, René promueve a que Marilyn escriba y recite poesía en la biblioteca de la escuela. Desde allí se conforma luego la biblioteca popular en la que sería socia y tallerista de lectura para adultos por un gran tiempo.
Rubén, por su parte, reflexiona sobre la individualidad que se dice que generalmente acompaña a los escritores, sobre el trabajo en solitario y se reconforta expresando: “en nuestro caso, hemos mantenido un interesante grupo comunitario -y agrega- nos encontramos, nos corregimos, nos leemos, nos disfrutamos, y además, cada vez que producimos algo, normalmente lo compartimos de diferentes maneras con la comunidad”.
De esta manera, deviene la pregunta…¿Cuál es el aporte que hace el grupo a la comunidad?
Bernardo “Lalo” Martínez, quien ha tenido participación con sus escritos en ambos agrupamientos, considera que se trata de un aporte muy positivo a la comunidad, desde la integración general, y que se destaca principalmente en el trabajo con los niños en las escuelas.
“En la sociedad, por la participación directa y amplia, desde la convocatoria y el incentivo por la lectura. Y en las escuelas, los niños descubren que ellos también pueden y que desde su intelecto pueden decir o expresar cosas que de otro modo no pueden o no se animan. Y sobre todo que lo de ellos tienen valor”, expresa con convicción Lalo.
Todas las revistas del grupo se encuentran de alguna manera resguardadas en las bibliotecas populares de la localidad esperando la lectura comprometida de los amantes de los escritos impresos. Aunque, cabe destacar que el compromiso del grupo va más allá, también hacen llegar las publicaciones a todas las escuelas de la ciudad, primarias, secundarias, tanto rurales como urbanas.
La actividad del Grupo de Escritores Allenses no culmina en la entrega de las revistas literarias, además generan la participación de los chicos en diferentes oportunidades.
Rubén rememora con voz soñadora los momentos vividos, por ejemplo, en una propuesta participativa hace unos años atrás para el día del libro, en la que se sumaron varias escuelas, especialmente las rurales. “Vinieron los chicos leyendo sus trabajos y desinhibiéndose, sacándose esa timidez para poder compartir sus escritos”, expresa.
Otro de sus recuerdos proviene de una escuela primaria rural en la que habían publicado uno de los escritos de una chica dentro de las revistas por la belleza en su poesía.
Silvia Amado, profesora y también integrante del grupo de escritores, comenta: “trabajo en el Cet 14 en que todos los años se hace “Celebremos los libros” y en dos oportunidades el grupo de escritores estuvo presente en esa actividad y hubo un concurso de escritos de los alumnos, y luego fueron publicados en la revista”. La docente considera ésto como un aporte importante, al colaborar e incentivar al alumnado del colegio agroindustrial en la escritura y generar gran alegría en los jóvenes al ver publicadas sus producciones.
En su repaso por las instituciones educativas, Rubén, también analiza con picardía cuando se habían presentado en los inicios del colegio con orientación artística, donde ellos comentaban sus anécdotas a los chicos y había surgido, desde la actividad planteada de realización de cartas, la primera carta de amor por parte de uno de los estudiantes.
La pandemia también moviliza los hilos de acción de este grupo, como en la comunidad mundial. Los lanza a utilizar la tecnología para comunicarse, para adaptarse a la situación, por diferentes plataformas, e incluso a aportar para llegar con la palabra a través de los oídos de quienes precisaban la compañía.
En la normalidad, uno o varios miembros del grupo concurrían a las radios y contaban lo que estaban haciendo, leían sus trabajos y se generaba un intercambio. Ahora en época de cuarentena y de pandemia tuvieron un pequeño espacio de lectura con audios grabados transmitidos a través de una radio local, FM Gabriela G, que les permitió hacer nuevamente su aporte a la comunidad, generar un acompañamiento a la sociedad.

El grupo desde otra mirada
Al inspeccionar en el área cultural, se pueden observar diferentes aristas en las que el grupo está inserto, haciendo, a su vez, un aporte social y comunitario.
El Director de Cultura actual, Diego Cabrera, comenta que su vínculo nace por un acercamiento que se da desde el área a modo de presentación de la reciente gestión y para conocimiento de las labores culturales que se dan en la localidad.
Cabrera reconoce el aporte que brinda a la comunidad declarando que “los colectivos culturales, en este caso, el grupo escritores, cumplen un rol social importantísimo en la generación de espacios, el rescate histórico de la comunidad, también, la inclusión, en el fomentar potencialidades individuales y en la identificación de nuevos factores culturales- y agrega- el grupo de escritores como mecanismo de construcción colectiva es importantísimo para entretejer comunidad sólida, con lazos fuertes”.
Por su parte, Carolina Pardo, Coordinadora de Letras en la ciudad de Cipolletti, concede un relato más amplio sobre el grupo, evocando a sus participaciones en varios eventos de la localidad vecina, entre ellos la tradicional Feria del libro, en la que los integrantes del Grupo de Escritores Allenses asisten de manera individual o colectiva.
Pardo expresa “el vínculo que nos une nos lleva a la búsqueda constante de la lectura de las obras - y continúa- sus presentaciones en eventos nos ha llevado a querer conocer un poco más de la ciudad de Allen que tan bien reflejada en sus escritos”.
Además, a partir de su conocimiento sobre las actividades que el Grupo realiza, afirma que su labor es generar en la comunidad un espacio de interacción con otros, incentivar en la lectura fomentar la circulación de producciones literarias y propiciar un acercamiento a los libros.
El Grupo de Escritores Allenses, por lo general, es asiduo participante de la Feria del Libro de Cipolletti, como de otras actividades literarias y culturales en la zona. En este año, formó parte de manera virtual en el Programa “Lee Cultura” que se llevó a cabo durante el mes de octubre y fue organizado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Cipolletti. En este evento presentaron “Antología”, el primer libro propio del Grupo.

Mirada hacia el interior: la pertenencia
El libro “Antología. Escritores y escritoras allenses” es la fase más reciente de este grupo. Una etapa que tiene un largo recorrido, una espera reiterada desde el inicio de la agrupación, y que recién en este año de pandemia logra concretarse.
La constitución del grupo es de lo más exótico, incluso para sus propios integrantes. Existe una heterogeneidad tal en que los géneros y formatos se entrelazan formando un todo, pero sin una aparente interdependencia.
Gloria Lucero, integrante un poco más reciente, plantea: “si bien el grupo es heterogéneo, encuentro en él, un espacio de contención y aprendizaje. Hay gente muy positiva y preocupada por el crecimiento del mismo. Estoy muy agradecida con ellos porque me integraron sin cuestionamientos”.
Por su parte, Marilyn Vagnoni, hace referencia al vínculo con la y el otro, y aporta: “aprendemos que es necesario para nuestras vidas y aprendemos a escuchar, a mirar, a leer entre líneas, a corregirnos, aceptar el error, porque también vamos aprendiendo y el otro o la otra en nuestras vidas es muy importante”. Suma la idea del compartir, tanto la alegría como la tristeza, “se comparte la vida a la comunidad que es nuestra propia vida en este transitándola y en el medio de todos nuestros trabajos y toda la realidad que se va presentando”, incorpora .
Silvia Amado indica: “Creo que lo que más me gusta es que todos tienen muy buena predisposición siempre que convocamos a algo están. Nos reunimos, nos hablamos, hemos hecho hasta reuniones por Meet más allá de que algunos conozcan o desconozcan las tecnologías -y añade- siempre hay alguien que impulsa a que todos participemos, que todos hagamos, que todos estemos enterados. Siempre convocamos y cumplimos con las metas que nos proponemos”
Rubén Cabo enuncia: “me hace sentir que no estoy solo en esta búsqueda de poder escribir, me hace sentir integrante de un grupo, una comunidad de escritores, con diferentes características, cada uno con su carácter, con sus pensamientos muy distintos pero que compartimos el poder estar juntos”
Lalo Martínez manifiesta que se siente muy representado con el grupo, dado a la excelente camaradería que lo conforma, y señala: “El grupo está insertado en todos los aspectos social y cultural ya que con la escritura se puede llegar a todos los ámbitos.”
